"Continuamente buscamos la reducción del tamaño en los componentes electrónicos, en cuestión de décadas hemos pasado de una tecnología de milésimas de metros a una de decenas de micrómetros e incluso nos hemos atrevido a llegar aún más lejos, hasta los nanómetros... una mil millonésima parte de metro.
Estamos hablando de tamaños moleculares, podría parecer un avance grandioso, un ahorro en espacio brutal; en cambio no es más que la cúspide del iceberg. En nuestra carrera por la miniaturización hemos pérdido de vista la optimización de los recursos, solo sabemos desperdiciar: un chip de ordenador, en el cual podemos integrar 400 millones de transistores y que tiene un grosor de cinco capas atómicas, se monta sobre una oblea de silicio de unos 0.6 milímetros; es decir, de todo el silicio solo usamos una infinitesimal parte y para llegar a ese substrato, a esa capa base, hemos contaminado y desperdiciado mucho recurso natural. En breve se anunciarán los nuevos circuitos de 45 nanómetros, en términos de comparación, aproximadamente cerca de 400 transistores de 45 nanómetros podrían caber en la superficie de un solo glóbulo rojo de sangre humana, y aunque parezca un avance grandioso.. no lo es. No, porque la auténtica revolución sería cambiar la manera de construir, en lugar de un diseño Top-Down: desde lo grande ir puliendo hasta lo pequeño, lo revolucionario será el diseño Down-Top: integrar algo partiendo de la manipulación molecular, a nivel nanométrico. El premio nobel Richard Feynman habló de esto en su trabajo titulado "Al fondo hay sitio de sobra" (There's Plenty Room at the Bottom), diciendo que la verdadera revolución se llevará a cabo cuando consigamos dominar los secretos de la construcción subatómica. Cuando eso ocurra nuesta concepción de la vida cambiará, y posiblemente nos extiguiremos como especie, igual que ocurrió con los dinosaurios en favor de los mamíferos."
Magisral introducción, me parece increible. Sólo espero que ese día llegue dentro de mucho.
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