CURIOSIDAD HISTÓRICA

A que alguna vez en su vida se han preguntado: "¿de dónde vendrá lo de Martes y trece, ni te cases ni te embarques?". La respuesta a sus dudas:

Según cuenta la tradición, será peligroso y arriesgado, cortarse las uñas, cortarse el pelo, o ser invitado a una cena en la que haya doce personas más. La tradición recomienda también que si usted está en un salón, cuente el número de personas que allí se ubican, y si son trece, con usted...por si las moscas ¡Sálgase!.

Por tercera vez este año, el calendario nos ofrece el martes trece. Ya lo vivimos en febrero y marzo. La verdad es que esta creencia popular estuvo muy arraigada y ya comienza a debilitarse ante la fuerza de la evidencia, o ante el avance del modernismo, que impide pensar en cosas parecidas fuera de Internet o de los mensajes SMS. La historia parece no aportar pruebas de que se haya tenido razón, en sospechar o en asignar cualidades ajenas o extrañas al martes trece.De esta costumbre que generó en algunas personas -aún las hay- una fobia o temor muy íntimo al número trece (Tricaidecafobia y también Parascavedecatriafobia), se dice que viene de tiempos seculares. Desde una leyenda originaria de los países nórdicos -Noruega, Finlandia, Suecia, Islandia y Dinamarca-, en la Europa septentrional.

La leyenda establece que doce dioses buenos fueron invitados a una fiesta de presentación de Balder, el joven hijo de Odín y Frigg, y que Loki, dios de las Mentiras, que no fue invitado ex profeso, logró colarse en la fiesta, con lo cual sería el número trece, y allí él mismo dio muerte a Balder.

Más tarde, la leyenda cobra fuerza al vincularse con el sentir del cristianismo, partiendo del hecho de que en la Última Cena, donde compartían Jesús y sus doce apóstoles, también había trece personas, y una de ellas traicionó al Maestro.

Por otro lado, se une esta debilidad del número trece con el hecho de que el día martes era consagrado a Marte, el Dios de la Guerra en la mitología griega. Sinónimo entonces de violencia, sangre y muerte. Bastó la mezcla de ambas leyendas, para que al coincidir en un solo día, Martes 13, se consolidaran en la creencia popular. En los países anglosajones, la leyenda se refiere al viernes 13.